Hay veces que las cosas no salen como las habías planeado pero no por eso quiere decir que salgan mal, todo lo contrario! Los niños no dejan nunca de sorprenderte con su espontaneidad y con su técnicas para conseguir lo que quieren. Esta historia trata de cómo colarse en una sesión fotográfica y protagonizarla con estilo.
Después de todo el calor que he pasado en estos días, quiero hacer un salto hacía atrás en el tiempo hasta uno de esos fríos días de marzo!
Era un domingo por la mañana de esos que hace tan mal fuera que no piensas salir por ninguna razón, esos domingos que cuando no tienes hijos te pasas la tarde viendo la trilogía entera del Señor de los Anillos… o una serie entera, capítulo tras otro. Hacía mucho que no cogía la cámara de fotos y decidí aprovechar la mañana para hacer unas fotos a mi mujer, así que mientras ella se preparaba yo fui montando la escena (el salón). En todo esto Luca estaba jugando tranquilo y feliz en su habitación, lo que nos permitió empezar a sacar fotos… hacía mucho que no la retrataba y creo que ambos lo echábamos de menos.
Tengo que precisar que hay días que creemos que Luca tiene el superpoder del super oído, y el domingo fue uno de ellos. Todos conocemos el sonido de una reflex, ese sonido tan sexy que hace el espejo al levantarse y las cortinillas que se abren y cierran en una fracción de segundo. Es un sonido muy bonito pero seamos sinceros, después de todo no es tan alto y desde luego no para que se oiga por encima de la música (siempre pongo música en mis sesiones) y encima desde otra habitación que está al otro lado de la casa. Pero Luca nos oyó con su súper oído y vino al salón. Abrió la puerta y dijo “io pure foto!”, que quiere decir “yo también foto!”, porque por lo visto no le parecía justo que no le estuviera sacando ninguna foto a él también.
Ambos estábamos muy concentrados y no le hicimos mucho caso pero él no se rindió y fue a la cocina, cogió un taburete, lo trajo donde nosotros y se sentó a lado de su madre.
Esto es lo que nos regaló. Últimamente me cuesta cada vez más convencerle para que pose para unas fotos pero ese día sin duda el niño estaba inspirado y con ganas de estar delante de la cámara y colaborar haciendo todo lo que le pedía.
Es probable que esta historia nos haga mucha más gracia a Naiara y a mí porque Luca estaba justo empezando a componer sus primeras frases y porque es muy gracioso cuando nos habla en italiano, y bueno, también es probable que peque de exagerar porque la misma historia la podría resumir diciendo que mi hijo me oyó y vino al salón, sin tener que sacar todo el tema de los superpoderes…
Pero que te puedo decir, así me gusta ver el mundo!